Official Partners distribuidor oficial de Platts

Official Partners distribuidor oficial de Argus

Los formalismos tributarios a debate.

A pesar de que dicho criterio no es nuevo, está siendo noticia en la actualidad una sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo que, basándose en una previa sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), establece que la Agencia Tributaria no podrá aplicar el tipo general en vez del reducido en aquellos casos en que, por otros medios en derecho, se pueda acreditar que el uso dado al gasóleo bonificado fue el correcto aunque los formalismos se hubiesen descuidado.

Repetimos, dicho criterio ya estaba establecido en anteriores sentencias en nuestro país (es decir, no es tan novedoso como pretenden hacernos creer) y es del todo lógico.

BABOT-ARANGUREN ASOCIADOS siempre ha mantenido la postura de que, en efecto, las declaraciones de consumidor final que se le exige a los distribuidores de gasóleo era un mero formalismo pero además, desde nuestro punto de vista, un formalismo, en este caso, absurdo, endeble y poco fiable.

Si el interés de la Agencia Tributaria es que el gasóleo bonificado se use para los fines previstos ¿Qué garantía de que así va a ser le confiere la declaración de consumidor final? ¿Qué garantía supone para la Agencia Tributaria una declaración en la que un señor manifiesta que va a usar el gasóleo bonificado conforme a Ley?. Ninguna, sin duda.

Dicho en “román paladino” un señor puede firmar esa declaración de consumidor final y usar posteriormente ese gasóleo bonificado en su vehículo matriculado.

Y, a “sensu contrario”, y de ahí la lógica de la sentencia: que impide pensar que un señor que no firmó la declaración de consumidor final sí utilizó, en cambio, el gasóleo para su correcto uso?.

La declaración de consumidor final siempre nos ha parecido una prueba o garantía endeble, inconsecuente e ilógica que en nada garantiza el uso correcto del gasóleo bonificado y que únicamente ha venido sirviendo para exonerar de toda culpa ante un uso fraudulento al distribuidor de gasóleo.

En pleno siglo XXI, en la era de los avances tecnológicos, bien haría la AEAT en implementar un sistema que permitiese garantizar el uso correcto del gasóleo bonificado y abandonar por siempre la antediluviana declaración de consumidor final.

CARLOS BABOT
BABOT ARANGUREN ASOCIADOS