El panorama que se presenta en los próximos años en el precio de los carburantes y combustibles es bastante desolador y, especialmente, para sectores como la agricultura, el transporte, los taxistas y los consumidores en general.

Dos circunstancias van a influir poderosamente en el precio de los hidrocarburos en nuestro país:

La primera es la política de nuestro gobierno de retorno al oligopolio. Bien es sabido el sesgo que se está haciendo en el sector de los Operadores Petrolíferos. Baste ver el listado de Operadores Petrolíferos para comprobar que ya predomina ampliamente más el color rojo que el negro.

De seguir en esa línea todo indica un retorno al oligopolio en el que estarán unos pocos operadores petrolíferos que, precisamente, son aquellos que marcan el precio más alto de los carburantes en nuestro país.

La política seguida por el Ministerio de Industria no sólo está acabando con operadores petrolíferos fraudulentos, sino también con operadores petrolíferos que no cometían fraude alguno y que favorecían la libre competencia permitiendo unos precios en los carburantes mucho más asequibles para los agricultores, el transporte, los taxistas y los consumidores en general.

Para dichos sectores afectados, entendemos que por desconocimiento, este asunto está de momento pasando desapercibido sin que sean conscientes de la grave repercusión que tendrá para sus intereses.

Una segunda circunstancia es la más que previsible subida del precio del gasóleo de más del 28% y de la gasolina de más de un punto y medio con el objetivo de descarbonizar la economía nacional.

Los impuestos a los hidrocarburos en España son de los más bajos de los aplicados en la Unión Europea. La asimilación fiscal en materia de hidrocarburos al resto de los países de la Unión Europea es una asignatura pendiente que, antes o después, acabará llevándose a cabo.

Y “cuando el río suena, agua lleva”. Y el río ya está sonando....

Si a dichas medidas, que antes o después acabarán aplicándose, le unimos la existencia de un oligopolio con la sóla presencia de los operadores petrolíferos que marcan los precios más altos de los hidrocarburos en España, las consecuencias para sectores afectados pueden ser fatales.

No queremos ni siquiera plantearnos que tales circunstancias se produzcan al mismo tiempo que una posible subida del barril de petróleo puesto que, entonces, las secuelas podían ser devastadoras para nuestra industria.

Desafortunadamente siempre hemos sido un país que abordamos los problemas una vez que están ya causados. Esperemos que en esta ocasión no llegue a producirse el problema y no nos quedemos atrapados por nuestro pasado.

CARLOS BABOT
BABOT ARANGUREN ASOCIADOS